JUECES: “MI PRIVILEGIO NO SE TOCA”

Los jueces de la Nación (y de las provincias), están alarmados porque se está hablando de revisar las jubilaciones de privilegio que gozan, desde tiempos inmemoriales o mejor dicho, desde el nacimiento de la Patria.

En momentos en que el Estado ha sido desangrado por administraciones fraudulentas que han vaciado las arcas públicas, hay un sector de la población minoritario compuesto por “la familia judicial” que goza de privilegios incomprensibles en estos tiempos, en los que un jubilado debe hacer malabares para sobrevivir con 15 mil pesos y un trabajador promedio por unos 25 mil pesos por mes, hay jueces jubilados que como piso cobran 300 mil pesos. Al decir piso, significa que algunos ítems les permiten en algunos casos duplicar sus ingresos.

En momentos en que el tejido social está desmembrado y la solidaridad es una palabra que merece tener un lugar de privilegio en el concepto de todos los sectores de poder, los jueces se alarman por el intento del Gobierno de reducir sus privilegios que les permiten vivir en una verdadera burbuja.

Hablar de independencia de poderes es fundamental, para garantizar el equilibrio del Estado pero, que uno de los poderes goce de semejante privilegio en los tiempos que vivimos, resulta enervante para la gente de a pie. La que día a día contribuye con esfuerzo y sacrificio para sostener un andamiaje que no considera ni contempla las bases reales del sistema, como si de lacayos se tratara.

Ningún sector de los que con esfuerzo sostienen el sistema como docentes, operarios de fábricas, empleados públicos, etc. gozan de privilegios y deben aportar al menos 30 años para acceder a su jubilación, que por estos tiempos lejos está del “jubileo” que etimológicamente propone el término.