PARA LA JUSTICIA PAMPEANA, LA VIDA NO VALE NADA

La muerte de seis personas, tres de ellos niños en un siniestro vial, causadas por el exceso de velocidad del conductor Esteban Hotz, a bordo de un Mercedes Benz B 200 que los embistió en el cruce de las rutas Nacional 5 y Provincial 7, determinó que la justicia considerara una pena de tres años de prisión “en suspenso” y 7 de inhabilitación para conducir.

 

La esperanza de las familias destrozadas por la pérdida de sus seres queridos permanecía intacta hasta el momento de conocer el fallo, que finalmente no resulta novedoso en absoluto porque para la (in) justicia pampeana, la vida no tiene prácticamente valor.

 

En este caso seguramente se priorizó el futuro del múltiple homicida, ante el grito silencioso de sus víctimas. Desde distintos ámbitos y con la activa participación de Estrellas Amarillas se ha trabajado en pos de obtener fallos más justos, inclusive poniendo a disposición esa ONG para “reeducar” a los conductores desaprensivos.

 

Los accidentes ya no se denominan así, sino “siniestro vial”, como si ese cambio significara un adelanto o mejor óptica para el análisis de los elementos que evalúa el tribunal, en este caso integrado por Alejandra Ongaro, Gastón Boulenaz y uno de los mayores favorecedores de conductores desaprensivos, Andrés Olié.

 

Demás está decir que los pasos que siguen, no permiten forjar esperanza alguna porque en la (in) justicia pampeana, el siniestro vial es “el crimen perfecto”.


Comentarios

  1. Imposible estar de acuerdo con el fallo. Otro ejemplo de la mala utilización que le dan a las leyes. Si el pueblo tuviera que votas sus jueces no serían los mismos que puso el sistema judicial ni el gobierno.

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