El barrio Río Atuel, no tiene agua desde el sábado por la
mañana. La rotura de un caño maestro en la manzana 5 de ese complejo, demandó tareas de reparación que culminaron al mediodía pero… nadie activó la llave para que normalizara la provisión del vital líquido.
Uno de los barrios más populosos de la ciudad, con 455
viviendas y más de dos mil habitantes, no tiene agua. Paradójicamente la
municipalidad invita a los vecinos a las fiestas de carnaval pero ahí… no
tienen agua.
Cientos de llamados de los vecinos al número de reclamos
435555, elevaron su queja, dónde amablemente una voz femenina confirmó que se
había dado aviso a Hidráulica. En las primeras horas del domingo, el agua
brilla por su ausencia y esta vez la respuesta de la voz femenina que responde
en reclamos, es ambigua: la reparación está hecha pero que tienen que habilitar
una llave de paso y que el servicio “podría normalizarse por la noche del
sábado o primeras horas del domingo”.
Mientras tanto, los vecinos resisten acudiendo a
comercios y vecinos con baldes y algún memorioso recordó un episodio similar
producido en el verano de 1981, cuando el barrio apenas tenía un año. Luego de
dos días sin agua, los vecinos se organizaron a los gritos y prepararon lo que
sería el “primer cacerolazo” que se realizaría en la propia municipalidad.
En esos menesteres estaban cuando alguien dio aviso al
intendente, por aquel entonces don Eduardo Feliz Molteni, que rápido de
reflejos acudió al barrio, habló con los vecinos y en pocas horas dio respuesta:
se instaló una bomba elevadora para el único tanque que provee a las 455
viviendas, que ante la baja presión, dejaba sin agua a todo el barrio.
Nobleza obliga, poco después de las 9,30 hs del domingo 23
de febrero (hoy), la provisión de agua comenzó a normalizarse en las viviendas
de planta baja, mientras que horas más tarde llegaría a los departamentos
elevados.
¿Habrán sido los cientos de llamados de vecinos que
interrumpieron el descanso de carnaval de algún funcionario que decidió dar
respuesta? Lo importante es que el agua volvió al Río Atuel… al barrio, no al
cauce que niega Mendoza.
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