COVID-19: PELOTA DE TRAPO

En medio de tanta tensión, desconcierto, ansiedad, incomprensión y convivencia en tiempos de pandemia, cuando todo ha cambiado, vale una crónica distinta, con la intención de distender, relajar y conquistar alguna sonrisa por recuerdos de ayer.

A ver... alguno que pasó los 60... se acuerda de haber hecho una pelota de trapo?
En la década del ’60 ni hablar de tener un fútbol en el barrio. La mayoría de los purretes se acercaban a algún club sólo para verlos de cerca y en algún momento acariciarlo y “olerlo”, pero nada más, porque los fútbol verdaderos tenían un olor especial que agradaba a todos los chicos, ya que su construcción era de cuero auténtico con costuras especiales realizadas por máquinas que los dejaban perfectos. La pelota de fútbol era casi prohibida para los presupuestos familiares...
Pero... el ingenio y la creatividad no se detuvo y en todos los barrios, cada equipo disponía de varias “pelotas de trapo”. “A falta de pan, buenas son las tortas...” expresa un dicho popular y en la imaginación de cada chico que pateaba, seguro lo hacía pensando que era “la nº 5”.
Fabricar una pelota de trapo, era toda una ciencia y se necesitaba de la complicidad de alguna abuela que nos regalara al menos un par de medias en desuso, de aquellas que no resistirían otra sesión de zurcido. Confeccionar una pelota, era tarea de toda una tarde y lo más común por aquellos tiempos era usar medias de lana.

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