TRANSPORTE PUBLICO: UN NUEVO SERVICIO MUNICIPAL


El intendente de la capital pampeana, Luciano Di Nápoli, anunció la “municipalización” del servicio de transporte urbano de pasajeros, con sólidos argumentos que se evaluarán en el Concejo Deliberante. La medida tiende a ofrecer una mejor respuesta a la “gente de la pie” que a diario utiliza el servicio como única alternativa para concurrir a sus lugares de trabajo.
El tema en plena crisis no deja de sorprender pero, trae a la memoria anteriores experiencias de la década del ´60 cuando en uno de los primeros servicios de la ciudad “Transporte Alcántara” trasladaba con recorridos por los florecientes barrios hacia el hospital Lucio Molas, en horarios que coincidían con los cambios de turnos laborales.
Luego hubo una serie de servicios que si bien no prosperaron empresarialmente, permitieron vislumbrar en una capital que crecía a buen ritmo, proyectar un servicio bien organizado. Así se sucedieron empresas locales como 22 de abril, Dumas y hasta un emprendimiento cooperativo, la COOTPAL, que al cabo de una esforzada experiencia y sin apoyo de intendentes de la década del 90, dio lugar a la llegada de empresas privadas con “experiencia nacional”.
En ese marco, la “gente de a pie” de la ciudad, siempre fue rehén de los tire y afloje entre las empresas y la municipalidad. Hace poco más de un mes, en este espacio mencionamos las falencias no sólo de la empresa “Auto transporte Santa Fe”, sino de la falta de controles de la municipalidad, reflejados en una festejada crónica “y la chancha dónde está” en alusión a la ausencia de controles.
Ahora, en un proceso de “estatización” del servicio con la absorción de todos los empleados de la empresa, sería importante que se tenga en cuenta exclusivamente a los choferes y personal de mantenimiento oriundo de la ciudad y que no se incluya la planta de directivos o gerentes, que generalmente no son de la provincia, ni menos de la ciudad.
Y cabe marcar este ejemplo porque en otras circunstancias, se han municipalizado servicios que han significado la llegada de personal de provincias vecinas, en detrimento de posibilidades para gente de Santa Rosa, conocedoras no sólo de la realidad de la ciudad y sus barrios, que considere los futuros recorridos en base a la necesidad de la “gente de a pie” y no de los bolsillos de un empresario y que sirva para despertar a las aletargadas “Comisiones Vecinales” que salvo honrosas excepciones, no tienen ningún tipo de participación en un servicio que es “para sus representados”.


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