La búsqueda activa que inició el Ministerio de Salud en un barrio popular como el Río Atuel, con el apoyo de la Policía de La Pampa, es tan intensa como la del Procurador Mario Bongianino que deberá designar un fiscal que se haga cargo de juzgar la actitud de sus colegas los jueces Vagge y Balaguer y el fiscal Sancho.
La sociedad entera está atenta a los próximos movimientos
y el propio Bongianino intenta despejar la sombra que significó en su carrera
el caso de Carla Figueroa, muerta a manos de su pareja, de apellido Tomaselli,
como consecuencia de la lentitud de la (in) justicia, Ahora sabremos si
verdaderamente existe o tiene dos versiones, una para la gente común y otra
(in) justicia VIP.
La irresponsabilidad de un grupo minúsculo, como confirmó el propio Gobernador
Sergio Ziliotto, costó volver a Fase 1, con el perjuicio que eso representa
para los trabajadores, los comerciantes y pequeños empresarios que día a día le
ponen el hombro a una lucha desigual. En los barrios se preguntan si son
“kelpers” o hay justicia diferenciada.
“No es tiempo de
grises, sino de blanco y negro” dijo alguien que pidió respuestas y fallos
ejemplares y aseveró “si hay más de 10 mil causas contra gente que infringió la
ley, que sean 10.003, porque se tienen que agregar la de estos funcionarios
judiciales. Si no es así, significará que la justicia no es ecuánime”.
El fiscal Paulucci se excusó de hacerse cargo de la causa
pero, en cualquier trabajo ¿qué pasa cuando alguien no acata la orden de un
superior?. Ejemplos hay de sobra y es tiempo de responsabilidad, sobre todo en
personajes que si sumamos sus sueldos, entre los 3 superan holgadamente 1 millón de pesos mensuales.
Y en el marco de esa tensa espera, no se sabe si han
secuestrado los teléfonos de los involucrados, si se han revisado las cámaras
para constatar horarios de “la reunión social” y si los plazos vencen, la gente
común ya sabe lo que sucede con las causas:
se archivan. Y como sociedad, no podemos permitirlo.
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