La colocación de bolsas negras imitando a contenedores mortuorios, con nombres propios de políticos y figuras de instituciones por parte de manifestantes que participaron de una marcha convocada por dirigentes de la oposición, no es más que una muestra de impunidad y desprecio por la Democracia, que tiene un peligroso significado: tal vez hay un sector político que realiza esto a modo de ensayo para estudiar la reacción de la sociedad.
Pero lo que también es lamentable que las principales figuras
políticas del Gobierno, expresen su “malestar” en las redes sociales y no
reclamen la inmediata intervención de la justicia para esclarecer este hecho
que no es otra cosa que una apología a la violencia, sino al genocidio, en un
país que aún tiene frescas heridas como consecuencia de una sangrienta
dictadura.
Algunos sectores consideraron esta “manifestación” aggiornada de
la tristemente célebre triple A, por la utilización de términos como “comunismo”,
a los que se actualiza con “basta de mantener vagos”. Pero lo triste además es
que no hubo una reacción masiva inmediata de los sectores políticos que
supuestamente se interesan en la Democracia. ¿Será porque es fin de semana y
reaccionarán el lunes?.
Los convocantes: la presidenta del PRO, Patricia Bullrich y la
líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. El presidente de la UCR, Alfredo
Cornejo se sumó a la movilización realizada en Mendoza. La marcha también fue
difundida en redes sociales con el hashtag #27F y #27FYoVoy, mientras que otros
sectores, como Republicanos Unidos, integrado por Ricardo López Murphy, Yamil
Santoro y Darío Lopérfido, se sumaron a la convocatoria. Para completarla, el “líder”
de la oposición M. Macri también en las redes sociales dijo sentirse «emocionado
y contento de ver cómo una vez más los argentinos se movilizan, demostrando que
no van a permitir los abusos y atropellos».
Si se tratara de un medio radial, se podría leer esta crónica
con la música de fondo de un son que a pesar de sus años, se aplica a la
lamentable actualidad “Pobre mi tierra, pobre mi gente…”
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