LA BERTA Y EL JACINTO, EN LA PASCUA MÁS TRISTE


“Hola Jacinto… te gané de mano hoy, te ví primero. ¿Cómo estás amigo?”. Así recibió la Berta a su amigo que dobló por la calle Mitre hacia la plaza del centro, luchando con una bolsa que se balanceaba en el caño de la bicicleta que llevaba a la par. “Berta querida, ¿cómo estás?... tantos días que no nos encontramos. ¿Esperando el colectivo?”.

“Sí, como siempre, pero ahora supuestamente sé que llega en 25 minutos porque me bajé la aplicación del EMTU y por lo menos sé lo que tengo que esperar”. “Bueno, cómo andás con la tecnología Berta… te felicito… yo no tengo ni idea con eso de las aplicaciones y eso que me explicaron los chicos…”

“Ché, Jacinto, por lo menos veo que hablás con propiedad porque, decís el colectivo y es precisamente el término que corresponde porque escuchás las radios y todas dicen los “micros” y como la palabra indica, no es aplicable a este tipo de transporte… por lo menos tendrían que hablar con propiedad…”

“Faaa… cómo estás Betita jajaja…” dijo Jacinto, festejando la definición de su amiga que agregó “y sí che… pobre pero, fui a la escuela y me acuerdo de cosas concretas. Y hablando de escuela… al menos ahora los chicos llegan a clase porque hay colectivos que funcionan exclusivos para llevarlos… en algo progresamos” afirmó Berta a lo que Jacinto preguntó “¿y cuándo se van a normalizar los horario como antes?”. “Paciencia… recién será la licitación así que olvidate de tener colectivos como antes, hasta junio o julio, porque hasta que se acomoden…” sentenció Berta.

“Ché Berta ¿y cómo te preparás para estas pascuas?” preguntó Jacinto sentándose en el banco de la plaza junto a su amiga que de inmediato respondió “qué Dios nos perdone, pero este año no podemos comprar pescado. Es una vergüenza, además de que no comemos carne de vaca por el precio, tampoco podemos comprar pescado que en esta época lo venden más caro… es una joda”.

“¿Pero no vino un camión con pescado en precio?” preguntó Jacinto que agregó “escuché por ahí, no es que yo vaya a ir a comprar pescado, porque a la fuerza respeto la Pascua, porque como arroz solo jajaja”. “Eso pasa todos los años y tenés que perderte una mañana para conseguir un poco. Mirá, me parece que estas tradiciones se van perdiendo de a poco… que Dios nos perdone… aunque estamos lejos del asado, yo seguro una lata de paté voy a comer y ni hablar de los huevos de pascua para los chicos… por poco tenés que sacar un crédito para comprar, porque el kilo de chocolate está a más de 4 mil pesos y cualquier huevito te cobran 450 pesos… es una joda”.

“O sea que “la casa no está en orden”” acotó Jacinto y esa frase catapultó la respuesta de su amiga Berta “lejos de esos tiempos… cuando Alfonsín pronunció esas palabras en tiempos de incertidumbre política. Si te pones a pensar, hemos retrocedido un montón, porque sus correligionarios participaron de un gobierno que generó una deuda impagable con el FMI e hipotecó el futuro de nuestros nietos por los negociados de un personaje que tendría que estar tras las rejas” dijo Berta que se puso de pié, despidió con un abrazo a su amigo y dijo “así aprendería ese gato lo que es estar del otro lado”.

 

  

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