Los juegos de azar representan lo que los responsables de agencias de quinielas dicen, la industria sin chimeneas. Las cifras de las apuestas legales no trascienden al público pero son significativas y en tal sentido, intentamos dialogar con el gerente general de DAFAS, Jorge Payeras. El funcionario no concurre a las oficinas por su edad, en el marco de los protocolos de prevención del covid-19, por lo que le enviamos un cuestionario vía email para conocer pormenores por intermedio de su secretaria.
Sin embargo, transcurridos 20 días el funcionario no respondió,
de lo que se desprende la situación seguramente debe ser complicada, porque
desde el comienzo de la pandemia, las agencias de quiniela oficial que dependen
de DAFAS, sufrieron como todos los sectores la reducción de horarios de
atención, hasta el cese de la atención al público, lo que significó un duro
revés para las economías de los agencieros de toda la provincia.
Más allá de la pandemia, la situación se agravó por la
proliferación de “bocas de expendio” de casinos virtuales del exterior, en los
que los apostadores pueden participar libremente, generándose una fuga de
divisas que no pagan impuesto.
En la actualidad las agencias de quiniela oficial
funcionan con normalidad e intentan adaptarse a la nueva tendencia del juego
virtual, vendiendo apuestas del casino local, pero ven con preocupación el
avance del juego virtual foráneo, sobre el que no hay una legislación. Sin
dudas, todo consecuencia de la pandemia. Mientras tanto, DAFAS guarda silencio.
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