Una amenaza de bomba en el interior de la Casa de Gobierno, sacudió la modorra del mediodía del último lunes de mayo. Una caja con la leyenda que aludía la presencia de “una bomba como la de Bahía Blanca”, disparó el protocolo de prevención. Poco después se comprobó que no había tal artefacto.
Pero… el suceso dejo abierta la pregunta acerca de la
seguridad del principal edificio político de la provincia, que aloja al
gobernador y gran parte del gabinete, que hace diez días ya tuvo una señal de
su fragilidad cuando una persona se coló entre los periodistas y en medio de
una conferencia, entregó “una proclama” al primer mandatario.
Por la tarde, un “grupo” que se identificó como “los
amigos de Mónica” se adjudicó el hecho en un programa de radio, que motivó que
su conductor avise a la policía. No obstante, los efectivos ya trabajaban con
la filmación del ingreso del sujeto al edificio.
Esto no es más que un globo de ensayo de la derecha violenta
de nuestro país. La misma que gritó “nos quieren encerrados”, luego “nos
quieren envenenar” y “que el gobernador compre vacunas”. No por casualidad en
el panfleto alude el ataque explosivo a un local de La Cámpora en Bahía Blanca.
No son hechos aislados, son sondeos de estudio de la
reacción de la sociedad. Actitud cobarde, que se intenta minimizar y distraer con
el nombre del “grupo”. Sin embargo, nada es casualidad y se espera la pronta
reacción de la Policía de la provincia y la justicia, para identificar a los
desestabilizadores.
También resulta extraño que no hubiera repudios
espontáneos no sólo de la oposición, sino de sectores identificados con las
luchas sociales, que necesitaron más de 24 horas para reaccionar. Al menos del
otro lado, se ve así… teniendo en claro que eso: nunca más!
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