IMPRESCINDIBLE
Sr. Director:
El imprescindible no sabe que lo es, hasta que una misión de vida lo coloca en
ese lugar opuesto a los prescindibles. No alardea de su condición, la lleva con
naturalidad y compromiso. Construye el devenir sopesando logros y adversidades,
avanzando y retrocediendo en sus objetivos. Es paciente, no se desanima. Lo
impulsa el deseo interno de ir más allá de lo establecido y supuestamente
inmodificable. Cree en el fin superior de su capacidad realizadora, sentido
común y accionar certero al servicio de los otros.
Carlos
Verna es un imprescindible. Tal vez ni siquiera eligió serlo, solo se fue
gestando. Su actividad profesional primero y actividad política después,
encendieron en él la vocación por el servicio público, al grado de convertirse
en uno de los sentidos plenos de su vida.
Debe
ser gratificante corroborar que a partir de una gestión política, un conjunto
de oportunidades llegan para mejorar miles de vidas, modificándolas
positivamente para siempre. Por ello las y los pampeanos queremos fuertemente a
éste “barba” laborioso, amigo de sus amigos, gestor efectivo, inteligente, buen
asador, ardiente defensor de nuestros intereses, lector apasionado y estratega
político.
Hijo
adoptivo de ésta tierra humilde que hoy lo abraza más que nunca, sosteniendo en
el tiempo un agradecimiento fraterno, emocionado e infinito para quien supo
quererla bien, de norte a sur y de este a oeste. Nativos ancestrales, criollos
y criollas, descendientes de europeos, autóctonos y foráneos saben que “el
gordo” nunca los ha defraudado, que ha honrado con hechos su palabra. Para
ellos y ellas, él es sencillamente imprescindible.
Sabemos que
asumir la enorme responsabilidad de liderar una comunidad de voluntades no es
gratuita. La familia acepta renunciar a momentos únicos. Muchas veces se
compromete la salud. No faltan deslealtades y traiciones. La vida de un
imprescindible no siempre refleja éste costado menos luminoso, todo lo
contrario, quienes los combaten suelen centran sus críticas en percepciones
vacías, carentes de toda profundidad o altura humana.
Es que la
manera de sortear las adversidades y reponerse ante ellas, es el sello
distintivo que los caracteriza. Saben que su misión colectiva es superior a
cualquier ataque a su ego personal, dando ejemplo de superación y real
comprensión de las cosas verdaderamente importantes de la vida. No hay tiempo
para detractores de ocasión. El deseo de solucionar un problema o cumplir una
promesa, urge y no se detiene.
El imprescindible encarna
valores esenciales como el altruismo, solidaridad y sensibilidad, claves para
el desarrollo humano. Nos inspira también a ser imprescindibles, cuando somos
capaces de entender la magnitud constructiva de nuestra existencia, puesta al
servicio del bien común. ¿Cuánto mejor sería éste mundo con solo animarnos a
ser imprescindibles? Tan imprescindibles como él -Carlos Verna- que tuvo la
valentía de serlo a su manera, sin medir consecuencias. Atte.-
Prof. Silvio J. Arias
Militante Justicialista
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