La presentación de la declaración jurada patrimonial es un requisito que los funcionarios públicos “de carrera” realizan anualmente ante la FIA, entidad que realiza el seguimiento a los comprendidos en esos términos. Para eso cuenta con la experiencia de los años que le permite actualizar cada año la información.
En el caso particular que me involucra como responsable
de “Crónicas del otro lado”, debo resaltar que fui funcionario a los 60 años,
durante la última gestión de Carlos Verna y en el primer período en la dirección
de Comunicación desempeñada en el Ministerio de Seguridad, jamás recibí el
pedido de “declaración jurada” que sí se hizo oficialmente al año siguiente
cuando me desempeñaba en el área similar de Salud.
La demora tenía explicación. La pérdida de un ser querido
en terribles circunstancias que recrudeció por el resultado judicial, lo que
fue expresado al órgano de control. El recambio de autoridades se produjo a fin
de 2019 y al no permanecer en la grilla, nació la expresión virtual “Crónicas
del otro lado”.
Con la pandemia se produjo el inicio del reclamo
judicial, con el agravante de la falta de atención directa en organismos
oficiales, impedía reunir en tiempo y forma la documentación, cuyo costo de
impresión en medio de la crisis, era poco menos que inaccesible.
Llegó el momento de la decisión y la realidad indicaba
que las presentaciones no estaban hechas y lo debía admitir. Los plazos de la
justicia, la misma a cuyo accionar he hecho referencia en algunas “Crónicas del
otro lado”, permite confirmar que efectivamente la realidad se ve diferente desde
ahí. Y es porque para el caso de jueces y fiscales que violaron los términos de
la cuarentena, superaron la prueba “pagando una suma en efectivo”. Obviamente
no se puede generalizar, hay honrosas excepciones.
Pero esa misma visión es aplicable a la política de la
FIA, a la que cabría preguntar si el mismo seguimiento se hace a ex funcionarios
y ex funcionarias cuyos capitales han crecido desmesuradamente al igual que el
de sus entornos familiares. Salvo que se considere que todo es posible porque
fueron “funcionarios de carrera”.
De la actualidad no hago mención porque los crecimientos
patrimoniales en vehículos y casas quintas se deberán justificar en la
actualización de 2021.
La diferencia en mi caso radica en que una o dos veces
por semana puedo ir a tomar un café a algún bar del centro y caminar
plácidamente por las veredas, cosa que otros evitan, sin dudas porque “del otro
lado” la realidad se ve distinta.
Bien Quique...coincido con vos...la vara es selectiva y corta..abrazo
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