“CRISTINA: ENTRE LA CIUDADANÍA Y EL PODER REAL” *

 OPINIÓN:


  La enorme conmoción nacional e internacional, ocurrida tras el intento de magnicidio sobre la persona de la Vicepresidenta Cristina Kirchner, ha producido un sinfín de análisis respecto a los motivos que habrían desatado tremendo acto de terrorismo en plena democracia. 

  Es indudable que la Argentina atraviesa un momento bisagra en su historia reciente, fruto de procesos de avance y retroceso que construyen, deconstruyen y transforman el escenario político-social, como nunca antes había ocurrido. En dicho proceso, los poderes conservadores representados por sus diferentes dirigencias (políticas, empresarias, religiosas, etc.) libran una batalla sin cuartel en defensa de un status quo mundial, jaqueado por una ciudadanía cada vez más protagonista, lúcida y consciente de su destino. 

  Los interlocutores elegidos por unos y otros para la defensa de sus intereses -los de la ciudadanía por un lado y los del poder real por el otro-, colisionan frente a todas las instituciones, alterando los principios éticos y morales establecidos desde el pacto social, modificando derechos y demandas sociales o cuestionando deberes y responsabilidades dentro del sistema republicano de representación. Estado de situación éste, sumamente valioso para el fortalecimiento del sistema democrático de gobierno, con sus aciertos y equivocaciones. 

  Desde mi punto de vista, opino que el mayor problema que hoy transitamos como país no radica en la instalación o exacerbación de  amores y odios colectivos –que siempre han existido, con mayores o menores pasiones-; sino en la elección moral entre verdades y  mentiras, entre honestos y corruptos, entre políticos profesionales y farsantes de la política.

  Es evidente de qué lado está Cristina, que intereses representa, a quienes representa e incluso molesta con su existencia en el mundo de la política nacional e internacional. Durante doce años de ejercicio democrático de la primera magistratura del país, esa mujer –la primera elegida por el voto ciudadano en dos ocasiones Presidenta de la Nación- y su esposo, supieron dejar bien claro de qué lado del mostrador iban a atender la cosa pública, para la felicidad de muchos y el disgusto de unos pocos muy poderosos.  

  Fortalecer la autoestima de un país ante el mundo, dotarlo de herramientas para su crecimiento material y humano, apostar al conocimiento y las nuevas tecnologías; ampliar derechos, defender sus recursos naturales y estratégicos sin entregarlos por dos monedas, potenciar la soberanía popular a través de la genuina participación de las organizaciones civiles en la agenda pública, defender los derechos humanos de verdad, respetar la dignidad esencial del ser humano frente a la propuesta deshumanizadora del lucro insaciable, o simplemente estimular la fuerza realizadora de un pueblo sediento de ser liberado todas aquellas fuerzas ocultas que impiden su pleno, creativo y necesario desarrollo. 

  Todo ello no puede ser gratuito para quienes tienen otros planes y destinos inconfesables para la Argentina, para quienes han decidido oprimir y someter a las mayorías adormeciendo sus reclamos… al punto de tener que eliminar a esos y esas representantes que se atreven a funcionar de manera opuesta a sus intereses. Allí radica de manera meridional, la claridad que nos deja el fallido intento de magnicidio ocurrido en la Argentina: ¡si estás con la ciudadanía, estás contra el poder real!... irónicamente, un tiro por elevación para toda la dirigencia nacional, un llamado de atención irreversible y necesario para la protección de nuestra integridad nacional. 

   Por ello, como ciudadanos responsables por nuestro destino, debemos ser lo suficientemente inteligentes para no caer en el juego violento y fanático que nos quieren imponer, evitando sucumbir al enfrentamiento entre hermanos y la repetición de hechos nefastos de nuestra historia nacional. Apelemos entre todos con calma a la racionalidad, al diálogo constructivo… de lo contrario no habremos aprendido nada de nuestras oscuridades pasadas. Tenemos todos los recursos institucionales e inteligencia suficientes para transitar éste doloroso momento en paz, no tengo dudas que podremos hacerlo con verdad y justicia.- 


*Silvio J. Arias

Militante PJ – Asesor Legislativo

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