El festejo de origen pagano propio de los Estados Unidos, ganó la preferencia de una pequeña porción de niños que se desplazaron por el centro de la ciudad, disfrazados de pequeños monstruos proponiendo “dulce o truco”, aunque la mayoría de ellos, no tenía idea de lo que estaban festejando.
No es extraño que esto suceda en una sociedad que ha
sufrido la “aculturación” en detrimento de las tradiciones propias, casi como
reflejo de la letra de “La Malinche”, que revela el desprecio de
los orígenes,, dando valor a “lo que viene de afuera”.
El “festejo” hace años que intenta prosperar, pero
encontró la resistencia de varias generaciones. Sin embargo, hoy trasciende como
un hecho “simpático”, aunque no se tenga en claro ni el origen ni significado
de la “celebración.
Sin dudas es un avance de la influencia cultural externa,
no sería bien vista por personajes tradicionales de historieta nacional como el
indio Patoruzú, de quién los niños que ayer recorrían las calles no tienen
idea, como tampoco recordarán el significado del día de la Tradición.
Muy bueno Quique! Abrazos
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