Alejandro Alfredo Rütschi es más conocido como “Alejandro Apo”, un periodista deportivo que inexplicablemente “no está” en las nuevas cadenas que monopolizan el deporte, en particular el fútbol. Es que desde su profesionalismo, no se presta al juego de “sugerir” nombres para integrar equipos (la selección) ni a la hora de informar, no se identifica con la idea de “ponerse la camiseta”, tan sólo por mantener su objetividad.
Luego de la victoria de Argentina sobre México, ví a Apo en
un programa que no está en la “grilla deportiva” de las grandes cadenas y
comprendí que hay dos tipos de periodismo: uno el que informa y otro, el del
negocio. Obviamente que el que más seguidores tiene es el segundo, donde los
conductores (no periodistas) lejos de informar objetivamente, suponen
formaciones, “sugieren” jugadores y hasta formaciones, según sus intereses.
Y Alejandro Apo desenmascaró a estos personajes que crean falsos
ídolos que con sus fracasos hacen mal a las nuevas generaciones, especialmente
a los niños que esperanzados en las “suposiciones” de esos comunicadores, no
comprenden el porqué del fracaso ante una derrota. ¿Cómo contenemos el llanto
de un niño ante un resultado adverso?... porque estaba esperanzado en las
especulaciones de una mesa de “especialistas” que llegaron a considerar que el
partido ante Arabia Saudita sólo sería un trámite.
Sin embargo, así están los medios de comunicación hoy:
globalizados, fabricando negocios con nombres y si alguno de los jugadores no
se presta a su juego, obtendrán una “baja calificación” y la “sugerencia” de ser
excluido del equipo titular.
Y esta crónica tiene sólo ese objetivo, el de aclarar que
las especulaciones de quienes hacen pingües ganancias y recorren el mundo con
el fútbol, nada tiene que ver con el espíritu de un deporte noble y competitivo
del que participan los más destacados de cada país, reconociendo que Argentina
cuenta con uno de los mejores como el indiscutido Lionel Messi. Tan sólo
debemos ser cautos y poner la esperanza en las acciones del próximo partido, sin tener
en cuenta la versión de los especuladores.
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