La ortografía ha dejado de ser un factor preponderante para un alto porcentaje de los alumnos de escuelas primarias y secundarias. Hoy la falta de legislación y practicidad de las redes sociales, hace que la improvisación deje de lado las reglas que antaño distinguieran a los escribas.
La comunicación es un elemento sumamente valiosa,
especialmente si está bien hecha. Lamentablemente hoy vemos no sólo en los medios
de comunicación, sino en organismos oficiales que los errores y la redacción
improvisada están a la orden del día.
El “manual de uso” que distinguiera a las redacciones de
la mayoría de los diarios y boletines oficiales hoy, está en el fondo de algún
cajón lleno de polvo y olvido. A pesar de que existe en la Universidad Nacional
de La Pampa la carrera de Comunicación, sus egresados desconocen las ventajas
de la “buena redacción”.
Hoy la improvisación de “la exclusiva”, no tiene en
cuenta la sintaxis, ni la ubicación temporal ni geográfica de un hecho que se
refleja en una crónica. Por ejemplo, no podemos decir que un auto se estrelló “contra
un poste de luz” cuando en una foto vemos que fue contra una columna metálica.
Partiendo de la realidad de “la noticia está en la calle”
y hay que salir a buscarla para luego transmitir en una crónica parte de esa
realidad, es distinta a la descripción que hace un periodista moderno desde un
llamado telefónico o desde un boletín que invita a “copiar y pegar” sin tener
en cuenta los parámetros básicos de una buena redacción.
Como decía un viejo comunicador… “estamos como estamos
porque somos como somos” es que algo tan importante como la comunicación, salvo
honrosas excepciones, ha caído en la mediocridad más decadente. Lamentable.
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