La asunción del nuevo gobierno nacional y las primeras medidas dispuestas, recuerdan a los que tienen memoria, que se parecen demasiado a las de fines de siglo pasado, cuando el neo liberalismo entregó “las joyas de la abuela” a intereses multinacionales.
La frase que titula la crónica, fue pronunciada por quien
prometió “salariazo” y repitió con frecuencia “estamos mal pero… vamos bien” y
nos condujo a los tristes episodios de 2001. La fantástica deuda externa que
adquirieron las empresas “privadas” y “el mercado”, se estatizan y ahora es “de
todos los argentinos”.
El desconcierto y la desesperanza reinarán en las fiestas
de fin de año, donde el Pueblo en su mayoría está impedido de comprar para el
consumo productos fundamentales como el clásico “asado del domingo” porque “el
mercado” prefiere vender a precios internacionales al igual que los
combustibles y todo lo que eso significa para los trabajadores y las economías
informales.
Apenas van 4 días de gestión y el panorama es desolador.
Sólo queda esperar que algún funcionario salga de su burbuja de confort,
recorra las calles y reaccione para dar un giro porque así, vamos directo a un
precipicio.
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