Un nuevo período de gobierno en la cuarta década de Democracia in interrumpida, se inicia con expectativa e incertidumbre ante el cambio de signo político a nivel nacional y la amenaza de una motosierra pendiente sobre los derechos.
A nivel provincial y municipal, las cosas no han cambiado
aunque hay que reconocer que el Concejo Deliberante saliente, dejó una
verdadera motosierra pendiente sobre la sociedad, con la aprobación de la
puesta en práctica de RTO (Revisión Técnica Obligatoria) que a pesar de aclarar
que “no es recaudatoria”, bien vale la pregunta ¿adónde irán los fondos que se
recauden?
De momento, ya hay un gran beneficiario que es el único
taller en la ciudad con autorización y capacidad de realizar la RTO de forma
monopólica. Luego seguirá la municipalidad que recibirá el porcentaje al que se
le sumarán las multas y el alojamiento de los vehículos hasta que sean
retirados por sus propietarios.
Santa Rosa es una de las ciudades que más rodados tiene
por habitante, lo que habla a las claras de la recaudación que se sumará a las
arcas municipales. Otro interrogante es ¿por qué fue una de las últimas
ordenanzas dispuestas por el Concejo saliente? Si algo bueno hicieron en su
período, quedará en el olvido ante semejante decisión, especialmente si advirtieron
a la sociedad que se viene el ajuste porque… “no hay plata”.
A esta altura, no se puede soslayar la falta de políticas
comprensibles en lo que pareciera ser “el mundo del revés”, ya que el municipio
contrata una empresa para que “compacte” no sólo un centenar de automóviles sino
más de 3 mil motos!!!. Lo que se traduce en falta voluntad del director de tránsito
para escuchar a los damnificados y dar la posibilidad de recuperar su rodado
del que deberá abonar no sólo su “traslado” sino también el “alojamiento”, como
si fuera puesto en un depósito a resguardo de las inclemencias del tiempo. No
hay facilidades de pago, porque de otra manera no se entiende que cada año se “compacten”
3.000 motos, sin tener en consideración el sacrificio que representó su compra
y la millonada en capital que representa ese conjunto.
La elasticidad de tránsito se refiere nada más que a la
EMPATÍA de su responsable para recibir al vecino, porque a esta altura y
parafraseando a una dirigente política “hay funcionarios que no funcionan” se
puede interpretar como que los funcionarios se suben a un pedestal desde el que
no pueden recibir al vecino común porque…”está en reunión” o “recién salió” los
argumentos más prácticos de sus secretarias. Mientras el vecino/a se debe
retirar mascullando la bronca y por cansancio desecha su reclamo y su moto,
será una más “compactada” el año que viene.
Empatía por favor.
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