UN PRESIDENTE VIRTUAL Y UNA REALIDAD FATAL

Muchos pueden llegar a decir “y… estamos en Argentina, dónde todo es posible”, hasta lo insólito o incomprensible. El título tiene relación con la ausencia física del mandatario ante su pueblo, que sólo se vuelve real cuando recibe visitas “dignas” del exterior, como una alta jefa del ejército de los Estados Unidos o abrir las puertas de la Casa Rosada al embajador de Israel.

Milei, que desfiló por los canales de televisión en campaña y que en cada esquina estuvo dispuesto a dirigirse a “la casta, motosierra en mano”, se parapetó en un lujoso hotel de 5 estrellas que finalmente “pagamos todos”. No aparece públicamente junto al pueblo y tampoco acepta dialogar con la prensa, salvo algunos “elegidos” que rara vez puedan comprometer sus reflexiones, alentados por gruesos sobres del “ahorro” de la actual gestión.

¿Gestión? Las primeras víctimas resultaron los jubilados, luego los trabajadores en general ante la eliminación de subsidios al transporte, luego al pueblo en general por idéntica medida con servicios como la electricidad y el gas. ¿Y los sueldos? “bien, gracias”, como en una idéntica época vivida hace poco más de 20 años “van por la escalera mientras la inflación va en ascensor”.

¿Y la CGT?... bien, gracias. Se reúnen para evaluar la situación de sus afiliados que a esta altura son cada vez menos ante los despidos indiscriminados, especialmente en sectores oficiales ligados a actividades sociales y comunitarias.

¿Y LA EDUCACIÓN? Fue “beneficiada” con “vouchers” para establecimientos privados, en detrimento del presupuesto de la Educación Pública, donde una copa de leche tiene mucho valor para una niñez cuyas familias se debaten entre la desocupación o salarios irregulares. La Universidad, reacciona, sale a la calle y recibe el apoyo de muchos sectores.

¿Y LOS SENADORES Y DIPUTADOS? Se opusieron a un irracional DNU pero, la primera cámara tropezó con la tentación de “un aumento de sueldo” que triplica al original y obviamente cosecha el repudio del pueblo.

En esa virtualidad, sólo se ve al presidente “viajando por el mundo”, llorando en el muro de los lamentos, visitando al Papa, codeándose con el FMI en Estados Unidos, o “asombrando” a una platea en Davos y comprometiendo la soberanía nacional con una actitud incomprensible (entreguista) de ser adherente de la OTAN, como si eso se tradujera en algún beneficio a un pueblo cada día más empobrecido y convirtiéndose en “socio” de quienes nos arrebataron Las Malvinas.

Cada día más increíble la realidad nacional, con un presidente virtual, en la que el pueblo cayó por causalidad (no casualidad), porque los que gobernaron antes, algo habrán hecho mal para que estemos sumidos ante semejante realidad.

 

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