El presidente Javier Milei, siente especial predilección por hacer declaraciones a la prensa extranjera
, ya que a los que reciben “el sobre” (ensobrados), rara vez les brinda semejante primicia.
Como lector empedernido, me sorprendió el título de la crónica de una periodista
norteamericana a la que Milei reiteró “su objetivo” de pulverizar el Estado "desde
adentro".
Ante semejante afirmación, mi pregunta es… ¿nadie puede hacer algo? ¿el
pueblo debe asistir a los caprichos de alguien al que se le forma un perverso
rictus en el rostro cuándo hace esas afirmaciones?, ¿ninguna institución puede
intervenir para detener semejante descalabro?. Me imagino a nuestro país,
caminando con los ojos vendados hacia el precipicio y me indigno, pensando en
el futuro de mis nietos.
Las preocupantes declaraciones fueron realizadas a la periodista estadounidense
Bari Weiss, publicadas por la cadena RT, que le preguntó si le gustaba ser el
"topo" dentro del Estado argentino y, en ese momento, a Milei
le cambió el semblante, se emocionó y respondió: "[Lo] amo".
"¡Amo ser el topo dentro del Estado, soy el que destruye el
Estado desde adentro!", afirmó causando risas en Weiss. "Es como
estar infiltrado en las filas enemigas. Es decir, la reforma del Estado la
tiene que hacer alguien que odie el Estado", agregó.
Inmediatamente aseveró que está dispuesto a "soportar todo este
tipo de mentiras, calumnias, injurias" contra él y sus seres
queridos, "¡con tal de destruir al Estado!".
Sumado a esto, como en otras ocasiones, calificó al Estado como una
"organización criminal" que debe ser cuando menos reformada. "El
sistema se cambia estando adentro, no desde afuera", manifestó.
En menos de un año de mandato, Milei ha emprendido una "guerra
cultural" sin precedentes en la región, tanto en entrevistas como en foros
internacionales. En Davos, por ejemplo, negó la crisis climática y
alertó sobre el "avance del socialismo" en Occidente.
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