La gente de a pié y depende del servicio de transporte público, es rehén del estado de las unidades o del desconocimiento de los responsables del EMTU, la empresa municipal a cargo del servicio.
A duras
penas respetan los horarios de entrada a los colegios y los trabajos de los
usuarios que, pagan su boleto. Luego, el servicio queda a la deriva hasta el
mediodía en que se produce el gran movimiento por salidas y entradas a los
establecimientos educativos.
Transcurridos esos horarios,
la gente de a pié queda a la deriva y debe disponerse a esperar tiempos
superiores a 1 hora, expuestos al clima según la estación.
Lo extraño, incomprensible e
indignante es que en la web municipal hay un horario programado de los
servicios y además, una aplicación que los usuarios cotejan con la realidad y se
deben resignar a esperar, a pesar que la municipalidad puso un nuevo gerente del
servicio. Todo sigue a la deriva.
Como ejemplo, vale la pena
destacar lo que ocurrió el día 8 de octubre poco después de las 19 horas,
cuando dos colectivos de las líneas 1 y 3 marchaban en la misma dirección, separados
entre sí por pocas cuadras. Es incomprensible y sólo hay que apelar al sentido
común, porque esa incongruencia provocó una demora de más de una hora y 15
minutos a quienes esperaban en el centro.
No hay inspectores que
controlen el buen funcionamiento y los horarios dispuestos en la web municipal.
Hasta cuándo la gente de pié
debe soportar tanta mediocridad en la programación de un servicio por el que se
paga. Se justifica que se cambien gerentes mientras que el servicio hace agua
por todos lados?... la crítica puede parecer injustificada para los funcionarios
que jamás utilizan el transporte público, por lo tanto, no saben lo que ocurre
en los barrios, que quedan a merced de esos funcionarios que cobran pero no
responden por su trabajo. Hasta cuándo???
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